quinta-feira, 26 de junho de 2008

Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Apóstoles

En esta fecha celebramos la Fiesta de San Pedro y San Pablo. En ellos y en los demás Apóstoles Jesucristo cimentó su Iglesia. Por eso también hoy estamos celebrando la fundación de la Iglesia de Cristo. Y los Católicos debemos tener muy claro, que la Iglesia Católica es la única Iglesia fundada por Dios mismo, pues viene directamente desde Jesucristo hasta nuestros días: viene directamente desde San Pedro, como el primer Papa, hasta el Papa Benedicto XVI, nuestro Papa actual.
Hay personas buenas y sinceras en todas las religiones, pero la buena intención no puede cambiar la Verdad. En realidad, en cada religión hay verdades parciales ... además de muchos errores, sobre todo en algunas ... pero la plenitud de la Verdad, la Verdad completa, está en la religión Católica.
Y la religión Católica es la única religión revelada por Dios mismo. Así de simple y sencillo. Todas las demás religiones, monoteístas y politeístas, cristianas y no-cristianas, anteriores y posteriores a Cristo, han sido inventadas por hombres, no por Dios.
Se escapa a este criterio el Judaísmo, que es una religión revelada por Dios, pero que se desvió al no creer que Jesucristo es Dios, y aunque creen en el Antiguo Testamento de la Biblia como Palabra inspirada por Dios, pasan por alto las profecías que sobre Jesús están allí y que se cumplieron ya.
En el Evangelio de hoy (Mt. 16, 13-19) vemos a Pedro responder a la pregunta del Señor “¿Quién dicen ustedes que soy Yo”?. Y responde muy correctamente: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Y en ese mismo momento Jesús le anuncia que ya no se llamará Simón, sino “Pedro”; es decir: roca-piedra, y que sobre él edificaría su Iglesia.
Es decir, en ese momento Jesucristo instituye el Papado. Por eso decimos que la Iglesia Católica es la única que puede ser trazada desde hoy, siglos atrás, hasta ese momento en que Jesucristo, Dios-hecho-hombre, nombra a Pedro como el primer Papa.
Ya Jesucristo había fundado su Iglesia con sus palabras y sus obras. En efecto, el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que “El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, con el anuncio de la llegada del Reino de Dios, el cual había sido prometido desde hacía siglos en la Sagrada Escritura”. También nos dice el Catecismo que el germen y el comienzo de la Iglesia fue “el pequeño rebaño” que Jesucristo reunió en torno suyo y del cual El mismo es su Pastor. (Recordemos el Evangelio de la oveja perdida que leíamos en la Festividad del Sagrado Corazón de Jesús hace poco, en el cual Jesús se declaraba el Pastor de nosotros sus ovejas).
Sin embargo el Señor Jesús también dotó a su Rebaño de una estructura, que permanecerá hasta el Fin de los Tiempos. Esa estructura consiste en la elección de Apóstoles, con Pedro a la cabeza. Con sus actuaciones en la tierra, Cristo fue preparando y edificando su Iglesia.
¿Por qué la insistencia en la fundación de la Iglesia? Porque ¡hay tantos errores hoy en día, aun dentro de la misma Iglesia! Hay algunos “teólogos” (entre comillas) que, tal vez en busca de algo novedoso, han tratado de demostrar que Jesucristo no fundó una Iglesia, sino que lo que conocemos hoy como Iglesia fue fundada por hombres. Por eso hemos recordado estas citas de la Escritura y esa guía especial que es el Catecismo de la Iglesia Católica.
Es bueno recordar, entonces, que todas las demás Iglesias, aun las Cristianas, han sido fundadas por hombres, pero la Iglesia Católica fue fundada por el mismo Jesucristo; fue fundada por el mismo Dios.
Ahora bien, la Iglesia es un misterio, pues la Iglesia es a la vez realidad divina y realidad humana. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a la Iglesia, con esa estructura que Cristo le dio, es Cristo mismo el que sin cesar guía a su Iglesia. Recordemos que El es el Buen Pastor que dio su Vida por sus ovejas y es El mismo Quien las pastorea.
Y ¿cómo guía Jesucristo su Iglesia a través de los siglos y hasta el Final de los siglos? La guía, la construye y la santifica a través del Espíritu Santo. Recordemos que el día de Pentecostés la Iglesia que Jesucristo había dejado fundada recibeel don del Espíritu Santo. Entonces la Iglesia se manifiesta públicamente ante la multitud. Ese día de Pentecostés se inició la difusión de la Buena Noticia, del Evangelio de Jesucristo, entre todos los pueblos mediante la predicación.
Y los Apóstoles y discípulos del Señor van predicando y van construyendo la Iglesia en todo el mundo, siendo su fundamento Cristo, bajo la autoridad de San Pedro. Es decir: siendo la cabeza visible San Pedro y la Cabeza InvisibleJesucristo. Y así ha continuado hasta nuestros días y continuará hasta el final. Nuevamente en su Cabeza vemos el misterio de la Iglesia: su realidad visible e invisible, la realidad humana y la realidad divina de la Iglesia de Jesucristo.
Sin embargo la Iglesia no está libre de dificultades. Recordemos las palabras de Cristo a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra (roca) edificaré mi Iglesia y el poder del Infierno no la derrotará”. Estas palabras del Señor nos indican que la Iglesia iba a estar sometida a muchas pruebas y ataques durante su peregrinar aquí en la tierra. Así ha sido y seguirá siendo.
Y lo está siendo muy fuertemente en nuestros días, en que la Fe está siendo atacada desde las sectas y desde los errores y herejías del New Age o Nueva Era, de literatura y cine como el Código Da Vinci, con los que se pretende destruirla, al presentar errores como aparentes verdades, engañando a muchas personas. Pero tenemos la seguridad del Señor de que el poder del Mal no podrá vencer a su Iglesia.
La Iglesia no es perfecta aún, pues se mezcla su realidad humana (pecadora) con su realidad divina. La Iglesia sólo será perfecta -nos dice el Catecismo- en la gloria del Cielo, cuando Cristo vuelva glorioso a establecer su Reinado definitivo, a establecer los Cielos nuevos y la tierra nueva: la Jerusalén Celestial; es decir, la morada de Dios en medio de los hombres.Celebramos, entonces, la Fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. San Pedro fue el primero en proclamar a Jesús como el Mesías, el que venía a salvar a la humanidad; es decir, fue el primero en confesar la Fe en Jesucristo. San Pablo fue el seguidor de Cristo que interpretó esa Fe y nos la enseña magistralmente en sus escritos. San Pedro, junto con los demás Apóstoles y discípulos, construyó la primitiva Iglesia en medio del pueblo de Israel. A San Pablo le tocó laextensión de la Iglesia a todas las gentes, inclusive a los que no pertenecían al pueblo de Israel. Vemos esto en sus Cartas o Epístolas: a los pueblos griegos (Colosenses, Efesios, Tesalonicenses, Corintios, Gálatas, etc.). También a los Romanos. Y no deja de predicar y escribir también a los mismos Hebreos.
Y, así, desde San Pedro y San Pablo hasta hoy, la Iglesia de Jesucristo continúa ... y continuará ... hasta que Cristo vuelva glorioso aestablecer su Reinado definitivo para siempre.

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