quarta-feira, 9 de abril de 2008

DOMINGO IV DE PASCUA (A. M. CORTES DABAR 1987/28)

UN AUTENTICO LÍDER:
Se repite constantemente: hay falta de ideales en el mundo actual. Hay un ataque sistemático hacia todo aquello que es lo más noble en el hombre. En el amor se está destruyendo la fidelidad, la abnegación, la necesaria dosis de romanticismo -¿por qué no?-, para convertirlo en algo desprovisto de hermosura, vivido a ras de tierra, con inmediatez, por apetito. Una pena.
La familia aparece como un corsé insoportable del que hay que liberarse lo más pronto posible, levantando el vuelo para iniciar una vida personal sin ataduras ni compromisos. Una vida que acaba, frecuentemente, en una terrible e insoportable soledad. La profesión se busca, a menudo, por el incentivo económico que proporciona y no por ser un vehículo de realización y de servicio a la sociedad.
El dinero es sólo un medio de poder, de tener, de afianzarse, y no un medio necesario que sirva para el propio interés y para el beneficio de los demás. La amistad no resiste el embate de la competitividad, el ansia de triunfo, el deseo de prosperar.
La política no es noble como debiera serlo, sino un medio, el más idóneo, para satisfacer las ansias de poder y de dominación.
El resultado no puede ser más expresivo: una sociedad que camina un tanto a la deriva, llena de mediocridad, de vulgaridad, sin líderes a los que seguir. Sin auténticos líderes, porque líderes con pies de barro los hay a centenares.
LIDER/FALSO: Estamos invadidos de cantantes que arrastran a enfebrecidas multitudes que se extasían ante sus contoneos; son miles los seguidores que "forofamente" aplauden a sus equipos y están dispuestos a quemar el autocar en el que se desplazan sus contrarios, quedándose tan satisfechos de la hazaña. Están también los arquetipos del triunfador que se pasea con la más bella y conduce el coche más potente hecho precisamente para los buscadores de no sé que "libertad". Y junto a tanto líder y a tanta y tan cacareada "movida", una juventud que se asoma a la vida con los ojos cansados, agostada antes de empezar a vivir, harta de experimentar que el líder al que siguen se esfuma delante de sus ojos sin dejar ni rastro de algo que merezca la pena conservar y por lo que se justifique vivir.
V/SENTIDO: Porque lo verdaderamente importante en la vida es encontrar razones para vivir y vivir con plenitud en todas las facetas que la existencia lleva consigo. Y naturalmente esas razones no las dan los "rocks" blandos o duros, ni la movida, ni los estadios deportivos llenos a tope, ni el placer inmediato, ni el triunfo apoteósico, ni -muchos menos- la droga o la evasión o el pasotismo. Es evidente que los ídolos y los lideres de hoy son absolutamente transitorios y dejan a sus seguidores con un angustioso vacío.
J/LIDER: Hacen falta líderes: líderes carismáticos, capaces de arrastrar al hombre hacia las cumbres que el hombre es capaz de conquistar por muy elevadas que sean; líderes que despierten en el hombre todo lo bueno y maravilloso que el hombre encierra para ponerlo al servicio de los demás. Los cristianos hemos encontrado ese Líder. Hoy, Jesús, hablando de sí mismo, nos dice que conoce perfectamente a sus ovejas y que ellas lo oyen y lo siguen porque distinguen su voz. Y hacen bien en seguirlo, porque esa voz es la que Dios dice que hay que oír porque encierra promesas de vida y de vida para siempre. Pero no hay que olvidar que esa voz es exigente y que a quien quiera seguirlo le va a pedir que lo haga, libre pero decididamente, por un camino en el que, si existe la alegría, no se regatea el esfuerzo. Y esto quizá no lo acepta demasiado bien nuestro hombre, cuyo lema de vida parece oscurecer el famoso "coronémonos de rosas porque mañana moriremos" romano.
Hoy nada de lo que supone esfuerzo, abnegación, ir en contra de lo que en cada momento me apetece, es bien recibido. Al niño no se le puede contradecir porque se frustra, a la juventud hay que adularla porque de lo contrario se aleja, al hombre y a la mujer adultos (o que lo son al menos físicamente) hay que decirles que lo estupendo es realizarse haciendo en cada momento lo que da la gana. El resultado es una mediocridad asustante.
Desde luego el cristianismo es incompatible con este sistema. Hoy, Jesús -ese Líder carismático que conoce a sus ovejas- advierte que El es la puerta y resulta evidente que para penetrar en ella hacia el Reino de Dios es necesario afinarse mucho y en muchas ocasiones. El resultado será, por contraste de las diversas opciones del mundo, la consecución de unos hombres y unas mujeres de cuerpo entero, que saben decir "sí" y "no" cuando procede, que ven más allá de lo inmediato, que buscan su propia realización estimulando lo que hay de más noble y más interesante en el ser humano y que van tras las huellas de Aquél que mereció ser presentado a los suyos con dos palabras llenas de grandeza: "He aquí al Hombre" (
/Jn/19/05), al Hombre por excelencia, capaz de responder a todas las aspiraciones humanas dotándolas de una dimensión nueva: la cristiana.

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